El 5 de setiembre se celebra el día internacional de la mujer indígena en honor de Bartolina Sisa, lideresa Aymara que lideró una revolución contra la dominación y opresión española.
A 232 años de su muerte la lucha por la reivindicación de los derechos de los pueblos indígenas continúa.
Conversamos con lideresas indígenas sobre su carrera en distintas organizaciones y el movimiento indígena en Perú. Asimismo consultamos sobre las nuevas luchas, anhelos y propuestas que tienen.
Clelia Rivero Reginaldo
Ex presidenta de la Federación Departamental de Clubes de Madres y Mujeres de Ayacucho (FEDECMA).
“Como lideresa entré a la organización de clubes de madres, mujeres de Ayacucho, cuando era joven, no tuve dificultad porque estaban las mujeres de la zona urbana y de la zona rural. Compartían lo mismo que yo, las dificultades y las necesidades. No se me hizo muy difícil de compartir.
Dentro de nuestras comunidades había dificultades porque la organización comunal hacía que se viera extraño tener una organización de mujeres: ¿qué hacen? ¿de qué conversan? ¿no tienen nada que hacer en sus casas?, todavía había ese parámetro.
En Ayacucho, hace muchos años comenzaron las organizaciones de mujeres debido a la violencia política, al principio había dificultad y resistencia por parte de los esposos, pero poco a poco se acostumbraron y comenzaron a respetarnos. Ahora comparten y estamos encaminándonos juntos.
El papel que jugó la mujer en la reconstrucción después de la violencia política fue muy importante, porque en aquellos tiempos las que se quedaban mayormente eran las mujeres con niños pequeños, porque el esposo, los hijos, los padres fueron secuestrados, torturados, asesinados, quienes quedaban para afrontar con fuerza eran las mujeres con niños pequeños.
Ahí comenzó más fuerte la organización y el rol de la mujer fue sumamente importante para construir esta parte de la historia luego. En Ayacucho las mujeres se preocuparon por mantener la alimentación, cuidar a los hijos y entre otras cosas de los comedores populares.
En ese tiempo se trasladaban de muchas comunidades a la ciudad de Huamanga, no tenían donde llegar, entonces las organizaciones de mujeres fueron las que recibieron a esas personas, comienzan ahí los comedores, las olas comunes, lo que ahora son programas sociales nacionales.
Hoy en día los jóvenes quizás no conocieron la violencia y el conflicto que se vivió en Ayacucho, pero siempre se realza la lucha de las mujeres. Claro que las mujeres de distintos lugares que llegaron a la ciudad sufrimos discriminación y repudio, porque no era el mismo modo de vivir que el de una ciudad. Eran costumbres distintas, la cultura, la vestimenta, etc. Nos veían como si no valiéramos o como si fuéramos menos
Hoy los jóvenes han entendido que las mujeres y las comunidades no son diferentes, porque ya dentro de Huamanga provenimos de lugares distintos y comunidades distintas.
Saludo a todas las mujeres de Perú por este día internacional de la mujer indígena, saludo a todas las mujeres de las comunidades”.
Rosa Huamán Rinza
Fiscal de la junta directiva de la Comunidad Indígena de Cañaris. Y Secretaria de la Mujer de las Rondas Campesinas de Lambayeque.
“Mis felicitaciones y agradecimientos a todas las mujeres indígenas, para darles ánimos y seguir en la resistencia fortaleciéndonos.
En mi comunidad pocas mujeres tenían acceso al estudio. Una de las que logró estudiar fui yo.
Las mujeres que ingresaban al gobierno regional y local, eran regidoras, pero no les tenían voz ni derecho para opinar, no podían fiscalizar ni nada. Además no sabíamos ni leer ni escribir, había mucha discriminación.
Tenía 32 años de edad, cuando entró la empresa minera a la comunidad. Los ingenieros y sociólogos hacían de las suyas con los derechos del pueblo. Entonces bajo la necesidad de representación y en asamblea, que es el órgano supremo de mi pueblo, eligen que vaya yo como un miembro más de la junta directiva de la comunidad.
Me eligen, pero al principio yo no conocía mucho, es más, muchas veces yo no sabía ni hablar en público y me intimidaba. Pero el maltrato y la discriminación me enseñaron a no callar, me dio coraje y ahora estoy al frente de mi pueblo hasta el momento.
Fue ardua la lucha, no había legitimación. Solamente las mujeres me respaldaban, mi propia junta me dejaba de lado. Aun así, yo exigía porque tenía que opinar, yo también tenía propuestas. Tuve que peleármela, porque muchas veces con mi propia junta, porque era la única mujer, y ellos eran como 11 varones.
Aunque avergonzada y cabizbaja pedía que me den pase, incluso en asamblea cuando se reunieron más de 3000 personas pedía espacio para dar animo a las mujeres porque las mujeres también debemos hablar y opinar. Porque tenemos derecho de igualdad.
Hoy las mujeres también participan y contamos con delegadas comunales, tenemos tenientes mujeres en los caseríos.
Aunque la lucha es igual y tenemos la misma fuerza. Por lo menos en la comunidad de Cañaris, las mujeres somos las que estamos al frente. Las mujeres somos muy decididas y somos de palabra, en cambio los varones de mi casa, comunidad y pueblo cambian de opinión. Las mujeres somos las que cumplimos.
Nuestro compromiso con las nuevas generaciones es enseñarles a valorar la lucha y el esfuerzo.
Nos han dicho que somos ignorantes y no tenemos ningún derecho. Pero yo les digo que tenemos mucho derecho. Nosotras producimos y estamos constantemente con nuestra naturaleza. Unámonos mujeres indígenas de diferentes regiones para defender nuestra mamapacha, nuestra agua y aire”.
Ángela Chislla Palomino
Dirigente quechua, presidenta de la Asociación de Mujeres Indígenas de la Provincia de Melgar (AMUAME). Puno.
“Este cinco de setiembre debemos tomar conciencia que nosotras como madres, compañeras, amigas indígenas tomemos conciencia que asimismo diferentes responsabilidades que tenemos que cumplir, no nos comprometamos en casos que no podemos cumplir. Asumamos nuestras responsabilidades como cargos importantes.
Veamos con bastante seriedad y serenidad a nuestras organizaciones y desde ahí defender nuestros derechos. Las mujeres no debemos olvidar de que nosotras debemos preocuparnos por la familia y nuestra pachamama, no debemos dejar de lado la defensa de la biodiversidad, la identidad cultural, la integridad de la familia.
Lo más importante ha sido poner de mi parte para ser una de las líderes a nivel regional y nacional, asumiendo diferentes cargos y responsabilidades y tomando interés en las necesidades de mi pueblo, mi organización y mi familia.
Empecé a ser dirigente a los 14 años. Participaba en la comunidad, sabia escribir y leer. Entonces algunos dirigentes me dijeron como ‘sabes escribir y leer vas a hacer de secretaria’. Pero por otro lado decían ‘que va a hacer una joven por gusto, que sabe es como una niña’. Luego participaba en diferentes seminarios y capacitaciones, como me gusta. Pero siempre escuchaba: ‘Ah! ellos son del campo, ¿no?’, he sufrido esa discriminación por ser una indígena.
Pero si me hubiera limitado a lo que me dijeron no hubiera crecido, rompiendo barreras tengo que asumir responsabilidades. Cuando me eligieron, cuando me proponían yo no me rendía, asumía.
Lo más importante hoy en día es tomar consciencia de lo que somos, aunque muchos de los jóvenes escapan de nuestra propia identidad, a la fuerza cambian la ropa y asimilar lo que otros viven.
Los jóvenes no deben negar su identidad, sino más bien asumirla con responsabilidad, decir “Soy yo indígena” para no estar escapando y tampoco sufrir discriminación. Porque cuando se escapa de su yo mismo, sufrimos discriminación y discriminamos a otros después.
Las mujeres hemos luchado varias veces por ocupar puestos de importancia dentro de las organizaciones, siempre ha sido la mujer secretaria de asuntos femeninos, y muchas veces cuando tienen que tomar decisiones no hacen participar a la mujer.
Quedamos solas porque tenemos varias responsabilidades y no podemos, debemos ejercer nuestro cargo como debe ser porque las mujeres estamos de alguna u otra manera asumiendo nuestra responsabilidad, la mujer siempre es firme en su decisión.
Causachun Warmi”
Beatriz Caritimari Vela
Del pueblo Cocama Cocamilla, radicó 22 años en el pueblo Shawi, es parte de ACONALCA (Asociación de Comunidades de Alto Cashiaco). Loreto.
“Como mujer líder en este día le doy un saludo a todos los pueblos indígenas, desde lo más recóndito del ande y amazonia.
Yo empecé a ser mujer líder después de tanta marginación y discriminación por ser pobre y por ser indígena llegando a ocupar puestos en las asociaciones de padres de familia de inicial, primaria y secundaria, ocupando puestos en los núcleos impulsores de los puentes peatonales, veredas peatonales, agua potable, vaso de leche, etc. En todos estos espacios siempre he estado ocupando puestos.
Ocupé de fiscal de la Federación de Mujeres Shawi de Alto Amazonas Loreto (FEDEMUSHAAL). Logré enlazarme a nivel nacional con capacitaciones sobre nuestros derechos como mujeres indígenas y lideresas.
Soy Cocama Cocamilla, del distrito de lagunas, pero buscando cómo sobresalir viví en Trujillo, ahí sufrí discriminación por ser loretana o “sharapa”, como dicen los costeños. Marginaban por no tener un cartón o un título, por no ser de la alta sociedad, por mi apellido.
Regresé regrese a Yurimaguas, y vivo en el pueblo Shawi. Aquí, después de toda la discriminación empecé toda mi trayectoria, y por no ser Shawi también me apelan porqué tengo que estar yo, porqué debo de salir yo.
Ahora que ocupo una candidatura a la consejería regional sigue la discriminación arraigada en la sociedad y en la cultura. Hay todavía mucho que trabajar, se debe trabajar desde los pueblos, desde las bases, pero sin recursos, no se puede hacer mucho.
Ahora las políticas mismas son burocráticas. Y compradas, todo lo ven dinero y plata, yo pienso que las capacitaciones deben ser en los pueblos indígenas desde los pueblos indígenas, sabiendo muy bien cuáles son mis derechos para que no me marginen, deben empezar desde aquí.
Les digo a las mujeres: ¡basta ya de discriminación!
Un feliz día a todas las mujeres, arriba las mujeres y las mujeres indígenas".